Lectura rápida: la mejor estrategia de estudio.

Muchas veces creemos que el bajo desempeño de un estudiante se debe a su falta de interés por los estudios. Sin embargo la mayoría de los casos se debe a que no conocemos la técnica de lectura rápida. Todos sabemos que la actividad que más realizamos al estudiar es leer y si esta actividad es cansada, tediosa o simplemente muy lenta, aquello que estamos leyendo no se va a quedar grabado en nuestra memoria. La capacidad de concentración y de asimilación de información se ve mermada por el ingente esfuerzo de leer. 

  

Lo que ocurre es que al leer realizamos demasiadas funciones físicas y mentales que no son necesarias. Lo primero que hacemos es ver las letras impresas individualmente para después hilarlas entre sí para formar palabras que a su vez, se hilarán entre sí para formar oraciones que transmitirán una idea. Este es un acto reflejo que nos han enseñado desde pequeños. Sin embargo, aunque parezca algo sencillo e inmediato, lleva dentro de sí factores que hacen que nuestra vista y nuestra mente se agoten rápidamente, lo cual deriva en una baja capacidad de concentración.

   Uno de los factores más importantes que debemos desechar de nuestra técnica de lectura es la vocalización de las palabras. Ya sea de manera mental o hablada, cuando leemos realizamos la vocalización de los fonemas que construyen las palabras. Esto nos quita demasiado tiempo y le agrega al cerebro trabajos innecesarios. Si pudiéramos deshacernos de este factor determinante, el cerebro recibiría la información directa y se dedicaría únicamente al trabajo de asimilación de datos y comprensión de los mismos. 

   El segundo factor importante es el movimiento ocular. Cuando leemos estamos acostumbrados a ir siguiendo las palabras escritas como si estuviéramos viendo a través de un pequeño agujero. Para hacer un ejemplo más gráfico, es cómo si viéramos un bosque pero árbol por árbol. Esto genera que la vista se canse rápidamente y que el cerebro pierda conexión con el contexto general de lo que estamos leyendo. Lo que debemos de lograr es ver la página escrita en su totalidad y poder leer cada una de las palabras y oraciones tratando de que el globo ocular realice el menor esfuerzo. Esto no sólo sirve para alcanzar una velocidad mayor al leer sino que nos ayudará enormemente a mantener la concentración y evitar distracciones ajenas a lo que estamos leyendo, así como a comprender mejor la información que estamos recibiendo.

    Por supuesto, lograr una lectura rápida de alta calidad no es cosa sencilla y requiere de varios métodos para alcanzar un nivel profesional, sin embargo los resultados obtenidos son tan altos que cualquier tipo de esfuerzo en este sentido valdrá la pena, ya que llegaríamos incluso al grado de poder leer y comprender algo 50 veces más rápido que antes, lo que se verá reflejado inmediatamente en el desempeño escolar. Si un texto que tardamos dos días en leer, lo pudiéramos terminar en tan sólo unas cuantas horas, podríamos abarcar muchas más horas de estudio sin que estas fueran tediosas o cansadas. Sin duda la lectura rápida es la mejor técnica que cualquier estudiante podría llevar a cabo.